El trasplante de órganos y tejidos es uno de los mayores logros de la medicina moderna. No solo ha permitido salvar la vida de cientos de miles de personas en las últimas décadas, sino que además ha mejorado drásticamente su calidad de vida. Pacientes que antes dependían de tratamientos largos y agotadores como la diálisis pueden ahora recuperar su autonomía y disfrutar de una vida plena y activa.
España se ha consolidado como un referente mundial en este ámbito, liderando la donación de órganos durante 33 años consecutivos y registrando también resultados sobresalientes en cuanto al número de trasplantes. En 2023 se realizaron 5.863 trasplantes en el país y 172.000 en el mundo, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que serían necesarios 2 millones para cubrir la demanda global. En 2024, España superó sus propios récords con 6.464 trasplantes gracias a la solidaridad de 2.562 personas que donaron sus órganos tras fallecer y a 404 que donaron en vida un riñón (397) o parte de su hígado (7). Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), desde que se tienen registros, en España se han realizado 146.000 trasplantes. Este éxito se basa en la solidaridad ciudadana; en nuestro sistema nacional de salud, de carácter público y universal; y en una eficaz organización del sistema, que gira en torno a unidades de coordinación de trasplantes dentro de los hospitales con el respaldo de las comunidades autónomas y de la ONT.
Los trasplantes tienen una larga historia. El primero exitoso en el mundo fue un trasplante de riñón en 1954 entre gemelos univitelinos, lo que permitió sortear el problema del rechazo inmunológico. En España, el primer trasplante, también renal, se llevó a cabo en 1965. A este lo siguieron el de hígado en 1983, el de corazón en 1984 y el de pulmón en 1990. En la actualidad, los trasplantes más frecuentes son los de riñón, hígado, corazón, páncreas y pulmón; son menos frecuentes los trasplantes de intestino; y son todavía experimentales los de tejidos compuestos vascularizados (como el de cara, extremidades o útero).
Uno de los mayores desafíos en los trasplantes sigue siendo prevenir el rechazo del órgano por parte del sistema inmunológico del receptor. Para evitarlo, los pacientes deben tomar inmunosupresores de por vida, lo que conlleva efectos secundarios como mayor riesgo de infecciones, cáncer y problemas cardiovasculares. Por ello, la investigación se enfoca en desarrollar nuevos fármacos inmunosupresores más efectivos y con menos efectos adversos, así como en optimizar la modulación de las dosis para conseguir un tratamiento más preciso y menos agresivo para los pacientes.
La escasez de órganos es el principal reto del trasplante. A lo largo de 2023, alrededor de 100.000 personas estuvieron en lista de espera para un trasplante en Europa; y en EE. UU., cerca de 130.000. Sin embargo, menos del 40 % de estos pacientes recibieron el órgano que necesitaban, con la consiguiente mortalidad en lista de espera. El envejecimiento de la población y el incremento en la carga de enfermedades no transmisibles (se estima, por ejemplo, que en 2040 la enfermedad renal crónica podría convertirse en la quinta causa de muerte mundial) agravará el problema, ya que aumentará la demanda de órganos mientras que el potencial donante será cada vez de mayor edad y con comorbilidades asociadas.
Ante esta situación, la ciencia explora alternativas innovadoras para suplir la falta de órganos, aunque aún se enfrenta a importantes desafíos técnicos y éticos. Entre esas alternativas se encuentran los xenotrasplantes, en los que se usan órganos de animales genéticamente modificados para reducir el rechazo; la creación de órganos bioartificiales mediante impresión 3D o utilizando carcasas de órganos no válidos para trasplante, que se descelularizan y se repueblan con células pluripotenciales procedentes del propio paciente; y la generación de órganos humanos en animales huéspedes.
Mientras estas tecnologías avanzan, a corto plazo se están implementado diferentes estrategias para aumentar la disponibilidad de órganos y optimizar su uso. España ha sido pionera en estos aspectos. Nuestro país ha liderado iniciativas encaminadas a posibilitar el trasplante de órganos de donantes de edad avanzada, con buenos resultados clínicos, y ha construido la evidencia necesaria para redefinir los límites de seguridad en la utilización de órganos para trasplante. España lidera también a nivel internacional la donación en asistolia, un tipo de donación que en 2024 ya representó el 51% de las registradas. Solo 26 países han implementado este modelo de donación, de especial complejidad por el efecto deletéreo de la parada cardiorrespiratoria en la viabilidad de los órganos. Además, España es el único país del mundo en el que se ha conseguido trasplantar con éxito todo tipo de órganos de estos donantes gracias a la implantación de una técnica pionera de preservación, la denominada perfusión regional normotérmica, que ha revolucionado la logística de estos procedimientos y mejorado los resultados postrasplante.
La inteligencia artificial (IA) también ha emergido como una herramienta valiosa en este ámbito de la medicina. Se están desarrollando algoritmos capaces de mejorar la validación de órganos antes del trasplante y de optimizar la selección y el emparejamiento entre donantes y receptores para minimizar el riesgo de rechazo.
En todo este contexto, la investigación es crucial. De la mano de cuatro expertos que trabajan en este campo —Beatriz Domínguez-Gil González, Oriol Bestard Matamoros, Xabier Aranguren López y Concepción Gómez Gavara—, en este debate se analizarán las claves del presente y el futuro de los trasplantes, y se darán a conocer los últimos avances en la materia.
Beatriz Domínguez-Gil dirige la ONT, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, que coordina y organiza la actividad de donación y trasplante de órganos, tejidos y células. La ONT concibió el denominado modelo español, un modelo de gestión que es el responsable del éxito de este programa en términos de donación y de accesibilidad a los trasplantes. En los últimos años la ONT ha liderado diversas iniciativas que han permitido a nuestro país conseguir niveles de excelencia difíciles de imaginar para la mayoría de países de nuestro entorno. Esa excelencia también ha dependido de una actividad continuada de investigación clínico-epidemiológica coordinada por la ONT en colaboración con los equipos de coordinación y trasplante.
Oriol Bestard y su equipo están desarrollando un nuevo fármaco inmunosupresor de segunda generación. Este medicamento, estructuralmente modificado, actúa suprimiendo la actividad de los linfocitos T y B, responsables del rechazo, pero sin los efectos adversos de los tratamientos actuales. Su objetivo es evitar la producción de anticuerpos contra el órgano trasplantado para mejorar la tolerancia inmunológica. El proyecto se encuentra en fase preclínica, evaluando su eficacia en modelos animales y estableciendo protocolos para su futura producción a gran escala.
El proyecto Livercolor, coimpulsado por Concepción Gómez y su equipo, emplea inteligencia artificial para mejorar la selección de hígados trasplantables. El exceso de grasa en los hígados de los donantes es un gran problema, ya que estos órganos suelen ser descartados debido al riesgo de complicaciones posoperatorias. Actualmente, la valoración de los hígados se efectúa de forma visual por el cirujano, un método subjetivo con un alto margen de error. Livercolor permite evaluar con mayor precisión la cantidad de grasa que hay en el hígado y mejorar así la toma de decisiones.
Por su parte, Xabier Aranguren y su equipo investigan una de las líneas más futuristas: la generación de órganos humanos en cerdos mediante complementación de blastocistos. La técnica consiste en modificar genéticamente embriones de animales para que no desarrollen un órgano específico, por ejemplo, el corazón, e inyectarles células madre humanas para generar órganos compatibles con pacientes que necesitan un trasplante. Aunque aún se encuentra en fase inicial, el objetivo del proyecto es superar el principal obstáculo: la baja integración de células humanas en embriones animales. De lograrse podría abrir la puerta a cultivos de órganos personalizados.
Ponentes:
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Beatriz Domínguez-Gil González, directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
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Oriol Bestard Matamoros, jefe del servicio de Nefrología y Trasplante Renal del Hospital Universitario Vall d’Hebron (HUVH), líder del grupo de investigación en Nefrología y Trasplante Renal del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y profesor asociado de Medicina en la Universitat Autònoma de Barcelona.
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Xabier Aranguren López, investigador principal del grupo Generación de Órganos in vivo mediante Células Madre del CIMA, Universidad de Navarra.
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Concepción Gómez Gavara, cirujana del Servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplantes del Hospital Universitario Vall d’Hebron (HUVH) e investigadora del grupo de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplantes Hepáticos del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR).
Moderadora:
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Núria Jar, periodista especializada en información internacional, ciencia y salud.
Proyectos con apoyo CaixaResearch: